EXPEDIENTE P37/10 Pamplona, 18 de noviembre de 2010
Doña Teresa Úcar Echagüe, Presidenta del Consejo Escolar de Navarra.
Estimada Presidenta del Consejo Escolar:
El motivo de esta carta es trasladarle la preocupación que me han expresado algunos padres y madres en relación con las tareas escolares que realizan los alumnos de educación primaria y secundaria fuera del centro escolar.
Según la información que me han hecho llegar los padres y madres con los que he tenido la ocasión de entrevistarme, en la mayoría de los centros escolares de Navarra, el volumen de tareas, trabajos o estudios que los alumnos realizan en casa exige una dedicación media diaria de 1,7 horas. Este dato coincide con el que recogen las conclusiones del Informe del Consejo Escolar de Navarra denominado “La Jornada de los Escolares de Navarra”, elaborado en diciembre de 2009, tras la consulta de esta y otras cuestiones, en 87 centros de primaria y ESO (un 64% públicos y un 36% concertados).
La preocupación que me trasladan estos padres es que la realización de las tareas escolares fuera del centro escolar se produce tras una extensa jornada escolar (aproximadamente ocho horas para los alumnos que hacen uso del comedor), y supone una apropiación del escaso tiempo del ámbito familiar, que escasamente llega a las tres horas diarias. Exponen, que las familias, tanto los padres como los hijos, tienen derecho al tiempo libre de ocio fuera del ámbito colegial.
Añaden, que en la práctica, los alumnos no realizan las tareas solos, sino que precisan, sobre todo los alumnos de primaria y primeros cursos de secundaria, del apoyo de sus padres en el desarrollo y resolución de los trabajos y tareas, lo que da lugar a desigualdades entre unos alumnos y otros.
Esta desigualdad se produce desde el momento en que no todos los padres y madres disponen del mismo tiempo, ni de los mismos conocimientos o del mismo nivel cultural para ayudar a sus hijos en el desarrollo de las tareas escolares; tareas que, por otra parte, son calificadas por los profesores y forman parte del expediente académico. Además, los padres no dominan ni las metodologías del currículo que se imparte, ni, obviamente, están obligados a hacerlo. Por ello, consideran imprescindible, para una educación en condiciones de igualdad, que sean los profesores, por su preparación y cualificación profesional, los que impartan los conocimientos técnicos que exige el currículo de las distintas enseñanzas.
Por otra parte, si la calificación de las tareas realizadas en casa se consigna en los criterios de calificación de una asignatura y media con las notas recogidas en clase, el profesor está realmente calificando un trabajo sobre el que no tiene garantía de su realización por el alumno o alumna.
La pretensión de estos padres y madres no es desentenderse de sus obligaciones, ni de sus responsabilidades, sino, por el contrario, pretenden tener tiempo para abordar de forma adecuada la relación con sus hijos, su desarrollo, su educación, sus actividades académicas, extra-académicas y de ocio con tranquilidad y dedicación; pero libremente, sin exigencias ni imposiciones. Su propuesta parte de la necesidad de poder disfrutar y educar en familia a sus hijos e hijas, de poder trabajar en otras competencias y aspectos de la vida que permitan un desarrollo íntegro de la personalidad de sus hijos desde la perspectiva familiar (y no tan mayoritariamente colegial), como son:
relacionarse, cultivas sus aficiones, el tiempo de ocio, tiempo para la cultura y espectáculos, realizar tareas de la vida doméstica y familiar, y educarlos en los valores y principios básicos que la familia defiende.
Por todo ello, me ha parecido oportuno trasladarle esta inquietud y, a la vista de su razonabilidad, sugiere que: “desde el Departamento de Educación, en colaboración y coordinación con el Consejo Escolar de Navarra, se impulse un debate social en el que, con la participación de los distintos representantes de la comunidad educativa (alumnos, padres, profesores) y de otros expertos, se reflexiones sobre la conveniencia y, en su caso, volumen, de las tareas escolares que se manda realizar a los alumnos en casa, la procedencia o no de su calificación académica, la incidencia que el desarrollo de estas tareas tiene en la vida familiar y en la propia del menor, así como sobre la necesidad de que dichas tareas se desarrollen exclusivamente en el centro escolar”.
Le quedaría muy agradecido si me hiciera llegar la posición del Consejo Escolar de Navarra respecto a esta sugerencia en el plazo máximo de dos meses, a efectos de lo dispuesto en el artículo 34 de la Ley Foral 4/2000, de 3 de julio, del Defensor del Pueblo de Navarra. Le informo que también he remitido la sugerencia al Departamento de Educación.
Le adjunto diversa documentación presentada por los autores de la propuesta. Le agradezco de antemano su atención y el interés que pueda mostrar en este asunto.
Atentamente,
El Defensor del Pueblo de Navarra Nafarroako Arartekoa
Francisco Javier Enériz Olaechea
"Las tareas escolares" Revista Idea 38. Mayo 2012
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